LA DRONGA MATA. DE RISA.


La mayor tontería que he hecho de joven ha sido engancharme a la droga esa.
Ya se sabe que la droga es una escalera infernal, que uno dice "Tranqui, tronco, que yo controlo, lo puedo dejar cuando se me acabe." y en realidad es la droguita quien te controla a ti.

Todo empezó como una tontería, unos señores me pasaban porros en el recreo. Cuando ya estaba enganchado como una perra, o sea, a los pocos minutos, empezaron a cobrarme aquella sustancia. Yo era muy joven y no tenia dinero, algo tenia que hacer para conseguirla, pero eso será contado en otra ocasión.

El caso es que poco después el costo no me hacia nada, empece a tomar anfetas, espid, una cosa que no se como se llama, etc y fui expandiendo mi mente y alcanzando niveles elevados de conciencia hasta que me convertí en otro habitante de las cañas, dirigido por George A. Romero.

Se dice que la droga causa deterioro físico, pero es mentira.
De yonki yo sobrevivía una semana comiendo un solo donuts, podía permanecer horas inmóvil y alelao en posturas inverosímiles, era capaz de dormir bajo la lluvia metido en un contenedor sin palmarla por una infeccion... ¡enseñadme un deportista que haga todo eso!
Incluso la voz se hace dulce y acaramelada, con una languidez muy chic, muy a la francesa.
Los seres humanos envidian a los yonkis. Por eso están tan mal vistos.

Uno cuando es adicto coge manías tontas, en mi caso, cambiar las cosas de sitio, y cambie de sitio las joyas de mama, la televisión, y algunas otras cosillas sin importancia y la vieja se enfadó.
A mi eso me sentó muy mal, me degradaba a sus ojos vista, había perdido muchos kilos, el pelo, varios dientes, y estaba todo ronchao y lleno de arañazos y mierda, y mi madre no se dio cuenta de nada hasta que no le faltó el vil metal.
Asquerosa materialista.

Me dijo que creia que yo había adelgazado por hacer deporte, que siempre me veía en chandal salir corriendo pa las afueras. Y que ahí tenia la puerta.

Así me vi en la calle. La calle es muy dura y uno va aprendiéndose los trucos para sobrevivir. Con el tiempo uno distingue las baldosas duras de las blanditas, mucho mas confortables para dormir. Y cada dia se le encuentra una utilidad nueva a las bolsas de mercadona. Ora como zapatos o capucha en caso de lluvia, ora como magníficos calzoncillos, ora para llenarla de cristales y darle en la cara al niño que no me quiere regalar el reloj.

Entretanto la heroína tampoco me causaba ya el efecto deseado. Hacia tiempo que me metia queroseno y la escalera al infierno que comentaba antes estaba llegando a su fin, ya no me subía nada y temía tener que empezar a inyectarme yo mismo a mi mismo. Estaba al borde de la desesperación.

Gracias a dios encontre una droga magnifica que me sigue saciando, el mas sublime de los narcóticos, el mas poderoso psicotropico de cancer: Las tiras de la piel del plátano.
Tengo mucha a buen precio. Llamarme y preguntar por queso.
Pero así no:
• "¿Queso que tienes que es?"
• "Farlopa...¡Glups!"
---------[Proceda, Martinez] -----